Siempre que la vida nunca alcanza
domina a nuestro "cuerpo-alma-mente".
Mente elucubrando en sus sueños
sueños de tener aparte una alma
alma sólo eterna en esos mitos
mitos de inmortal y para siempre.
Siempre que la vida nunca alcanza
alcanza a entenderse que termina,
termina la vida –entiendan– siempre.
Siempre que la vida nunca alcanza
alcanza a entenderse que termina,
termina la vida –entiendan– siempre.
© Orlando F. Menéndez
14/04/2010 16:20 (GMT-03:00)
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Nota:
En esta poesía, solamente destaco que los muertos están muertos, ya que no poseemos ningún alma o espíritu inmortal que siga viviendo después.
No es de extrañar, entonces, que el rey Salomón, en el libro "Eclesiastés" que escribió en Jerusalén poco antes del año 1000 a.E.C., dijo lo que puede leerse en
No es de extrañar, entonces, que el rey Salomón, en el libro "Eclesiastés" que escribió en Jerusalén poco antes del año 1000 a.E.C., dijo lo que puede leerse en
Eclesiastés 9:5, 6 y 10
5 Porque los vivos tienen
conciencia de que morirán; pero en cuanto a los muertos, ellos no tienen
conciencia de nada en absoluto, ni tienen ya más salario, porque el recuerdo de
ellos se ha olvidado.
6 También, su amor y su odio y sus celos ya han perecido, y no tienen ya más porción hasta tiempo indefinido en cosa alguna que tenga que hacerse bajo el sol.
6 También, su amor y su odio y sus celos ya han perecido, y no tienen ya más porción hasta tiempo indefinido en cosa alguna que tenga que hacerse bajo el sol.
10 Todo lo que tu mano halle
que hacer, hazlo con tu mismo poder, porque no hay trabajo ni formación de
proyectos ni conocimiento ni sabiduría en el Seol, el lugar adonde vas.
No obstante, la verdadera esperanza es que los muertos serán resucitados.
El apóstol Juan terminó de escribir desde Éfeso o cerca, en el año c. 98 E.C., el Evangelio que lleva su nombre, donde se encuentra registrada esta promesa de Jesucristo que se pueden leer en
Juan 6:39
39 Esta es la voluntad del que me ha enviado, que no
pierda nada de todo lo que me ha dado, sino que lo resucite en el último día.
Y también, en “Hechos de los apóstoles”, que es el documento histórico del
médico Lucas, que terminó de escribir en Roma, año c. 61 E.C., se registró que el apóstol Pablo, sometido a juicio ante el gobernador Félix, en Cesarea, año 56, dijo lo que puede leerse en
Hechos 24:15
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