Una vela amplia que impulsen los vientos
en el mar bravío de mi aletargar
hacia nuevos puertos que aun no he soñado
y en cualquier momento se han de divisar.
E izando esa vela en cada mañana
cuando me despierto con un suspirar
imágenes tenues ya se me han borrado
y de todos modos no he de recordar.
Surcando mi rumbo, fijando el timón
sin ver horizontes adonde arribar
velero de vida me sigue impulsando
dormido o despierto y sin esperar.
© Orlando F. Menéndez
y bueno un saludito
ResponderEliminarte quiero pa!
Gracias por compartir tu sabiduría y ser tan generoso.
ResponderEliminarAlgún día, el velero echará su ancla y el horizonte ya no buiscará...
¡Muchas gracias, Debbie! Me gustó encontrar tu comentario. También te quiero mucho.
ResponderEliminarGracias, querida amiga Susi.
ResponderEliminarMis más cálidos saludos para ti.
Yo he caminado caminos de versos plantados a la vera de mi vida. Yengo tan lejos el mar que no sé navegar en él más que soñando despierta pero te he encontrado y me has llevado a navegar en tu velero y encontré poemas nuevos y soñé y volé y reí y lloré, hoy...hoy volví a llorar.
ResponderEliminarBellísimo poema, querido, bellísimo!!!! Te beso.
María.
Querida María:
ResponderEliminarEntonces quiere decir que mi poesía te gustó mucho,... ergo, por lo que tú me dices, consideraré que escribí una buena poesía. GRACIAS.
Un beso.