Me parece muy inculto
que quien sea un argentino
que quien sea un argentino
incurriendo en desatino
aunque sepa de folclore
ignaro escriba
“folklore”
como yanqui
peregrino.
© Orlando F. Menéndez
Si pretenden despegarse del idioma español, estarían cayendo en apegarse al idioma inglés. Lo interesante es que, los más empecinados buscan y algunas veces encuentran, algún subterfugio vano en donde justificarse.
Yo pensaba que la música no tiene límites, pero la escritura sí... Tal como «Al pan, pan y al vino, vino»,
de igual modo; «Al folk, "folk" y al folclore, "folclore"».
«Me parecía» digo en mi primer verso. ¿Qué te parece a ti? Bueno, la R.A.E. acepta ambas formas.
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Muy buena tu aclaración, algunas veces tuve la duda, lo confieso..La canción es bellísima..Gracias por traerla a tu espacio.Cariños
ResponderEliminarDiana:
EliminarEsa hermosa zamba, se popularizó por el que fuera un gran conjunto folclórico tucumano (activo desde 1959 hasta 2007); "Los Tucu Tucu".
Me gusta escucharla interpretada por su mismo autor, Tito Segura, quien escribió exactamente su sentimiento por Mar del Plata.
Qué bueno que pasaras y dejaras tu comentario aquí.
Cariños.
Mira qué casualidad; fui a la página de Wikipedia sobre Los Tucu Tucu, y encontré que la palabra folclore, folclórica y folclórico (singular y plural) estaban escritas con "k".
EliminarAcabo de editarla haciendo la corrección de ortográfica.
Fui a
Diga lo que diga la modernidad, folclore se escribe con "c". Estupendos tus versos, querido amigo.
EliminarAsí me gusta, querida Isabel. Tu comentario es digno del mayor respeto, porque escribes con una ortografía impecable.
ResponderEliminarEn Argentina, los organismos oficiales escriben "folklore" (con "k"). Pero eso no sucede en otros países, como Perú, por poner sólo un ejemplo, que al 22 de agosto lo consideran correctamente "Día del Folclore Mundial".
Por el contrario, aquí el mismísimo Ministerio de Educación de la Nación, considera al 22 de agosto como "Día del FolKlore Argentino". (Encima, aunque se sabe que es "mundial", se lo atribuyen como "argentino" pero lo escriben como estadounidenses).
La mentalidad es: "sigamos escribiendo como se nos antoja hasta que la Real Academia incorpore nuestros antojos".
Y esa mentalidad está tan extendida, que influye en la docencia de las escuelas, con el resultado que la mayoría de los egresados, no sólo de las escuelas primarias, sino también de las escuelas secundarias, egresan a pesar de su pésima lectura en voz alta y su vergonzosa escritura, y su consecuente falta de comprensión de textos.
«Ripley's Believe It or Not!»...