No te olvides por favor - amada mía -
qué hay un árbol esperando todavía.
Ese árbol quiere vernos otros días
y saber que soy tuyo... y eres mía.
Ese árbol muy paciente nos espera,
mas mi corazón se desespera.
Ese árbol... y mi corazón
sediento de tu amor, te esperan.
No te olvides por favor - amada mía -
qué hay un árbol esperando todavía...
Y estoy seguro que tu amor
es grande como el mío;
y estaremos otra vez
frente al árbol que sabrá
pues verá,
con alegría,
que soy tuyo...
... y eres mía.
Orlando Francisco Menéndez
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