Mientras la ciudad duerme,
muchos están viviendo.
Pero los que duermen
están ajenos a la vida,
y los despiertos se adueñan de ella.
Estoy despierto también,
mientras la ciudad duerme;
pero no me adueño de la vida...
Porque quienes no se deciden,
aunque permanezcan despiertos
también están ajenos a ella.
Orlando F. Menéndez - 1997
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