2013/02/12

Caía...


Caía, caía y caía
en vórtice negro mortal
y en grito furioso animal
con rabia insistente moría.

¡Ahora! —terciaban las voces
—¡Has muerto y suplicas gritando,
mas nunca te oirán ese llanto!—
la aguja marcaba las doce.

Me esfuerzo estirando mis brazos
apenas rozar verdadero
e intento suplirle asidero
de inútiles vidas y ocasos.

Y logro voltear los veloces;
empujo al revés de ese giro
y en mágico empeño y suspiro
impido las almas destroces.

© Orlando F. Menéndez 
21/09/2008  03:27 (GMT-03:00)

10 comentarios:

  1. Hermoso poema!!!!
    Es maravilloso pasar por aqui y leerte!!!!

    Te dejo aqui un premio que tienes en mi blog que espero pases a recogerlo http://abzurdahzenizientah.blogspot.com/2013/02/un-premio-para-mi-blog.html

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    1. Agradezco que pases por aquí, amiga María Zenizientah.
      Mi cariñoso saludo para ti.

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  2. Me ha encantado la fuerza de tu poema.
    Un saludo.

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    1. Muy buen comentario, Mª Teresa.
      Había fuerza en mi estado de ánimo
      Saludo cordial para ti.

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  3. Fuertes emociones encierra tu magistral pluma en este poema, querido y estimado poeta. Créeme que me vi envuelta en su torbellino de vidas y ocasos.

    Te abrazo con cariño.

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    1. Ah, Isabel, querida amiga.
      Me gusta que te sumerjas en mi escrito.
      También te abrazo con cariño.

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