Desde
Jubal *, hijo de Lamec,
hasta Johann Sebastian Bach; y
desde entonces hasta hoy, con música acariciamos el alma.
La mayoría de las cosas que oyes
diariamente es música;
no dejes de escuchar la buena música
que producen
ramas y hojas de árboles movidas por
la brisa.
Cualquier cosa que produzca sonido . .
.
puede ser tu instrumento musical.
Oyendo y haciendo música,
acariciarás tu alma.
Acaríciala; es
tu alma.
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* NOTA:
Jubal, hijo de Lamec, fue “fundador de todos los que manejan el arpa y el
caramillo” (Génesis 4:21).
Orlando F. Menéndez
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