(endecasílabos tristes)
Yo no sabía cuánto se debía
pero atañía porque aquí vivía.
Ya se advertía y no se creía,
se descubría y no sorprendía.
Y todavía en cada nuevo día
comprendería cuánto aprendería.
Pues percibía cuánto dolería
mas sonreiría y no me amargaría.
Y la ironía mientras escribía
es que con poesía mi café sorbía.
Pues percibía cuánto dolería
mas sonreiría y no me amargaría.
Y la ironía mientras escribía
es que con poesía mi café sorbía.
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