Me miras ahora
me toca tu vista
en oblicua arista
furtiva señora.
Él ni se imagina
o hace caso omiso
dándome permiso
a pensar no atina.
Y cobras valor
sonríen tus ojos
al mostrar antojos
de darme tu amor.
Mi número escrito
he puesto en la mesa
y claro te expresa
que también te incito.
Porque comprendí
que al baño irías
y lo cogerías
cuando yo salí.
. . .
Mi timbre sonando
número has marcado
a él lo habrás dejado
y me estás llamando.
Orlando Francisco Menéndez
28/09/2008 03:30 GMT-03:00
NOTA: Esta poesía llegó a ser canción: Café Pasión
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