Avecilla de rapiña que en las noches
apoyando tu cabeza en la almohada
de corazas y caretas despojada
en la negra y la espesa oscuridad
con el ruido del silencio en soledad
y encontrándote realmente con quién eres
al pensar alguna vez porqué no mueres
sentirás tus traiciones con empeños
y verás sin descanso entre tus sueños
a tus mismos pecados con que hieres.
© Orlando F. Menéndez
12/09/2008 16:30
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