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Qué tenue parecía el colorido
de tardes que entre árboles decía
que siempre seguiría siendo mía
y hoy, después de tanto, la he perdido.
Qué suaves parecieron sus caricias,
el aire que la brisa perfumaba
y aliento que en mi boca respiraba
entregándome el alma con delicias.
Qué bello es el recuerdo de tu amor
de noches y de días entregado
por tanta alegría que me has dado
que hoy puedo evocarte con fervor.
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27/07/2008 00:40 Argentina
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