del pincel con carmesí muy saturado
que manchaba el suave lienzo enmarcado
salpicándose él mismo su regazo.
Con magentas hacía igual, muy impetuoso
con los ocres y las sienas fue lo mismo
impulsivo, apasionando su animismo
difumina con sus dedos, muy fogoso.
Concluyendo al observarlo da su grito
y en un último cansancio arroja un pote
contra el paño que vencido y sin derrote
pareciera que se siente muy contrito.
. . . . .
En la muestra de pintura, esta vez,
se lucía la obra abstracta expresionista
destacando la “ternura” del artista
en su cuadro titulado “Placidez”.
Orlando Francisco Menéndez
25/07/2008 02:05 Argentina
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