me enloquece tu propuesta
y no entiendo como de ésta
tan buena proposición
yo no pierda la razón
y haga con vos la fiesta.
Nunca en mi vida lo hice
estar con una casada
pero ¡es que eres tan amada!
que ni se cómo decirte
porque no quiero mentirte
ya tienes mi alma atada.
Solo te pido querida,
perdón por lo que recito
donde te elogio e incito
–nos despertamos pasión–
hago mal con mi intención
de escribir solo un versito.
Y la distancia no es freno
para el vernos evitar
solo un medio hay que encontrar
para tener una cita
y que tengas mi carita
para mi hoyuelo besar.
Pero he de serte sincero
hemos de tener paciencia
pues cuestiones de conciencia
impiden que concretemos
pues aunque ambos queremos:
es de muerte la sentencia.
Orlando Francisco Menéndez
Mar del Plata, 04 de marzo de 2008
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