Querida Mary te escribo
dándote la bienvenida,
pues resultas muy querida
por muchos e igual por mí
y cuando volviste sentí
a mi alma complacida.
Pues realmente te extrañé
y pensé dónde andarías,
qué lugar visitarías
y estarías disfrutando,
mientras yo solo pensando
que en marzo regresarías.
No es que yo sea generoso,
y no me creas lisonjero,
pues soy en verdad sincero
en todo lo que yo expreso...
Y diré también con eso
que vos eres el Lucero.
Digo Lucero pues siempre
en el alba al comenzar
y en ocaso al terminar
cada día que se vive
parece que se ilumine
tu “tres sesenta” al mirar.
Que te guste mis poesía
eso realmente me agrada;
y que la tengas marcada
para en mi página entrar...
¡Eso sí que va ayudar
a que esté bien adornada!
(Muchos “Hugs”)
Orlando Francisco Menéndez
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